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Dar el paso hacia tu primer piercing es emocionante, pero también puede generar dudas. ¿Dónde hacerlo? ¿Qué diseño elegir? ¿Dolor? ¡Respira! Aquí van algunos consejos para que tu experiencia sea top.
Empieza por lo básico
Si es tu primera vez, lo ideal es comenzar con algo sencillo y fácil de cuidar. El lóbulo de la oreja es el clásico: cicatriza rápido y no suele dar problemas. Si quieres algo más atrevido, el cartílago es la siguiente opción, pero ten en cuenta que tarda más en sanar.
Materiales que cuidan tu piel
No todo lo que brilla es bueno para tu piel. Para evitar alergias y molestias, elige materiales hipoalergénicos como acero quirúrgico, titanio o incluso oro de buena calidad. ¡Tu piel te lo va a agradecer!
Busca manos expertas
Este punto es clave: no te dejes llevar solo por el precio. Un lugar profesional con buena reputación es garantía de higiene y seguridad. Pregunta, revisa opiniones y asegúrate de que todo el proceso sea con material esterilizado.
Tu estilo manda
¿Quieres algo discreto o que grite “¡mírame!”? Piensa en tu personalidad y en cómo quieres que se vea. Recuerda: tu primer piercing es tu carta de presentación, así que elige algo que vaya contigo.
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